LA HJST EN SITUACIÓN DE PANDEMIA_KARIN PALMLÖF

Descripción de la entidad

El jardín terapéutico “Los sentidos” es un espacio municipal ajardinado diseñado como recurso terapéutico en la localidad de Coslada (Madrid). El objetivo de este jardín es fomentar el envejecimiento activo y la mejora del bienestar integral en personas mayores de 55 años y personas con diversidad funcional. Los/as participantes son derivados desde el centro de Servicios Sociales del municipio con el fin de conseguir mantener su desarrollo cognitivo y sus capacidades físicas a través de las actividades realizadas en el jardín y el huerto, siempre guiadas por terapeutas.

Karin Palmlöf, quien ha diseñado este jardín terapéutico, nos cuenta cómo han vivido la situación de COVID-19 y qué medidas han tenido que adoptar desde que se declaró la crisis sanitaria.

¿Qué medidas tomó la entidad?

El jardín cerró en marzo de 2020.

Durante los tres meses en los que el gobierno declaró el “Estado de alarma”, el conjunto de profesionales desarrolló una estrategia de seguimiento individual telefónico para continuar con los objetivos establecidos para cada usuaria/o. Las conversaciones que mantenían con cada persona fueron suficientes para saber cómo se encontraba y detectar cuáles eran las necesidades.

El equipo de terapeutas fue consciente de que tenía que mantener un contacto más continuado con los/as usuarios/as más vulnerables. Por ello decidieron llamarles una o dos veces a la semana y, cuando detectaban que era necesario, se ponían en contacto con los Servicios Sociales para hacerles llegar información que requería de servicios específicos para el bienestar de dicha persona (alimentos, ayuda psicológica…).

Además, crearon un grupo de WhatsApp, con los/as usuarios/as que disponían de la aplicación con el objetivo de mantener el contacto social y su pertenencia al grupo. A través de estos grupos, las terapeutas proponían “retos” (realizar un dibujo, cocinar un plato, realizar una fotografía, …) que instaban a la participación y, consecuentemente, a mejorar su autoestima y mantener sus capacidades cognitivas.

Tres meses después, en junio, se abrieron las puertas del jardín para pasear.

Es a finales del mes de octubre cuando el jardín retoma las actividades de terapia hortícola con todas las medidas protocolarias sanitarias: doble mascarilla, distancia social, toma de temperatura, lavado de manos y control de acceso. Para evitar el uso compartido de las herramientas, se compró más material y, desde entonces, se dedica parte de la jornada laboral a la desinfección de dichas herramientas y la zona de trabajo. El jardín terapéutico pudo retomar el servicio gracias a que se trabaja al aire libre, mientras que los centros de personas mayores o centros de día siguieron cerrados (estos servicios se ofrecen integralmente en un espacio cerrado).

¿La situación de pandemia ha supuesto muchas limitaciones o retos nuevos?

Karin comenta que, al volver al ritmo “normal” de las actividades diarias, surgen las dudas de cómo poder atender a los/as 150 usuarios/as como venían haciendo antes de la situación de pandemia, ya que estaban obligados/as a hacer grupos muy reducidos. Para que todos/as ellos/as pudieran participar en las actividades presenciales, se les dio opción a elegir a cada usuario/a en qué actividad querían participar.

Aquellas actividades que también les interesaban pero que, debido a las medidas no podían asistir, se les ofreció la posibilidad de seguirlas online y realizarlas desde sus domicilios. Esto no fue un reto fácil ya que, a las personas que disponían de internet y ordenador en sus casas, tuvieron que enseñarles a utilizar el programa de vídeo llamada en el mismo jardín. Este servicio online ha estado vigente desde octubre de 2020 hasta la última semana de junio de 2021, permitiendo a los/as usuarios/as continuar con las actividades terapéuticas.

Por otro lado, la preocupación inicial de las terapeutas era cómo iba a afectar esta situación a nivel cognitivo. Sin embargo, al reiniciar las actividades en el mes de octubre, se encontraron con que la mayoría de los usuarios/as habían sufrido un mayor deterioro físico. Para ellas fue prioritario centrarse en que volvieran a reaprender ciertos movimientos corporales que les ayudan a mantener posturas seguras como, por ejemplo, la prevención de posibles caídas. Con el transcurso de las sesiones, las terapeutas pudieron constatar también el deterioro cognitivo, que no siempre es tan inmediato de detectar.

Reflexiones del equipo terapeuta hortícola durante este período

Durante todos estos meses, el aprendizaje por parte de todo el equipo del Jardín Terapéutico ha sido el de gestionar los grupos reducidos y hacer que todos/as aquellos/as usuarios/as que quisieran asistir al jardín pudieran hacerlo, al menos, a una de las actividades. El aspecto positivo de trabajar con grupos “burbuja” es la mayor atención centrada en la persona.

Karin hace mención especial a la importancia de que profesionales y usuarios/as tengan unos conocimientos básicos de tecnología para poder estar en comunicación y contacto en la distancia. A pesar de ser un jardín terapéutico donde la mayoría de sus actividades se centran en el contacto directo con las personas y las plantas, la tecnología ha supuesto una gran ayuda, aunque esto ha obligado a adaptar las actividades para ofrecerlas online. Este recurso permite que, durante el invierno o en los días con meteorología desapacible, los/as usuarios/as que prefieran quedarse en casa puedan asistir a la actividad. Incluso se presenta la posibilidad de ofrecer estas actividades a un mayor número de personas.

El equipo celebra que ninguno/a de los/as usuarios/as se haya contagiado en el Jardín Terapéutico y ponen en gran valor el trabajar al aire libre y en contacto con la naturaleza. Karin confía en que esto pueda animar a que se reincorporen los/as usuarios/as que todavía no lo han hecho.