Descripción de la entidad
“Villa San José” es una entidad sin ánimo de lucro dirigida por la Congregación Siervos de la Caridad (P.P. Guanelianos), fundada en Palencia en el año 1976. Su objetivo es apoyar a las personas con discapacidad intelectual y a sus familias a través de la promoción integral y la mejora de su calidad de vida. La organización dispone de varias instalaciones que dan soporte a sus actividades: una residencia, dos viviendas, un centro especial de empleo y un centro de día. El Centro Especial de Empleo y el Centro de Día se ubican a las afueras de la ciudad de Palencia. Allí, el colectivo participante realiza sus actividades en contacto con el jardín, los viveros, el huerto y los animales de la finca.
Laura, terapeuta ocupacional especializada en terapias en la naturaleza, nos cuenta cómo han vivido la situación de pandemia y qué medidas han tenido que adoptar desde que se declaró la crisis sanitaria.
¿Qué medidas tomó la entidad?
El 13 de marzo de 2020, el centro se vio obligado a cerrar sus puertas, y como dice Laura: desde entonces, como para todos, ya nada volvió a ser como antes…
El servicio quedó reducido a las personas con discapacidad intelectual con residencia permanente. Creándose así un grupo burbuja que centró toda la responsabilidad profesional.
Se realizaron cambios en la estructura del funcionamiento habitual de la organización. Los/as profesionales fueron reubicados en los centros, algunos/as adoptaron el teletrabajo, y a otros/as se les asignaron nuevas responsabilidades. Todos/as ellos/as interiorizaron protocolos, planes de contingencia, cambios y adaptaciones con el fin de cuidar a las usuarias/os y cuidarse. Fue un continuo “estar en guardia”, asegura Laura.
Para minimizar los riesgos se establecieron las siguientes medidas: pequeños grupos estables de convivencia con una mínima variabilidad de profesionales, jornadas intensivas, protocolos diarios, limitaciones de espacio, distancia social, desinfección continua, prevención extrema, mucho cuidado y nivel máximo de alerta. Para ello, aumentaron el número de trabajadores/as para poder dar servicio a estos grupos más pequeños y mantener 24 horas la atención a los/as residentes.
A finales de junio de 2021, todavía no habían regresado a sus actividades todos/as los/as usuarios/as que habitualmente atendían este servicio.
¿La situación de pandemia ha supuesto muchas limitaciones o retos nuevos?
Laura comenta: ha implicado, en cada uno de nosotros, una continua adaptación al cambio. Porque ha habido muchos cambios… ¡Muchos!
Profesionalmente, los/as trabajadores/as de la entidad han experimentado un desgaste físico y emocional muy notable. Han vivido un período intenso en el que no han tenido tiempo ni espacio para pensar, programar, preparar o reflexionar. El objetivo fundamental fue proteger la salud de los/as usuarios/as, por lo que los/as terapeutas se adaptaron a las circunstancias, horarios, requerimientos y necesidades de cada grupo de usuarias/os.
En mi caso, siempre he considerado una fortuna el poder desarrollar mi labor en el área exterior, más si cabe en estas circunstancias.
Los retos que han vivido los/as terapeutas han sido los relacionados con la reasignación de tareas y su reubicación en otros centros en los que previamente no habían trabajado.
Con la reapertura del Centro de Día, Laura ha sido testigo de la evolución positiva de los niveles de participación, autonomía y percepción de bienestar individual y de grupo en los diferentes usuarios/as. Además, destaca, que el trabajo con grupos “burbuja” permite conocer mejor a cada uno/a de los/as participantes y, por ende, los/as profesionales pueden adaptar las actividades terapéuticas a las necesidades individuales de la persona.
Los inconvenientes de esta situación están determinados por: las limitaciones excesivas, los protocolos, y la constante búsqueda de seguridad. Todo esto ha interferido en el auto concepto de independencia y libertad de actuación tanto en usuarios/as como en los/as profesionales.
De igual manera, la adopción de medidas cautelares provocó que el equipo decidiera suspender algunos proyectos, así como la participación del voluntariado, asistencia a excursiones, visitas al centro con propósitos educativos y sociales, y la impartición de formación presencial. Actividades que esperan retomar en un futuro inmediato.
Reflexiones del equipo de terapeutas durante este período
Los/as profesionales y el colectivo usuario de Villa San José han podido mantener, a pesar de las limitaciones, un contacto con el medio natural cercano. Esto les ha ayudado a sobrellevar la situación de crisis sin sentir tanta sensación de aislamiento.
Laura está convencida de que: estar en contacto con el entorno natural nos proporciona bienestar. Respirar, tocar, oír y ver naturaleza nos tranquiliza y regenera. Esta pandemia, innegablemente, nos ha mostrado la importancia de re-conectar con el medio natural.Si, además, trabajamos intencionadamente a través de este medio en pro de mejorar la calidad de vida de las personas… ¡Imagínate los beneficios! Mi recomendación es simple: seamos más “naturales” y ¡démosle valor!